Mente y cuerpo

Responsible Party trata de promover un estilo de vida equilibrado y capacitar a los jóvenes adultos para que decidan por sí mismos.

Para muchos adultos en muchas culturas, disfrutar de una cerveza, licores o vino es una parte importante de la vida social. Muchos tipos de estilos de vida conllevan riesgos y beneficios potenciales. Si bien algunas personas optan por no beber, las autoridades sanitarias de muchos países han desarrollado pautas nacionales sobre el consumo de alcohol para proporcionar orientación sobre el consumo moderado.

Creemos que para los adultos en edad legal para beber, el consumo moderado de alcohol puede ser parte de un estilo de vida equilibrado.

Por lo tanto, el alcohol es un facilitador social y, con moderación, puede disfrutarse de forma segura como parte de un estilo de vida equilibrado que incluye una buena alimentación y ejercicio.

Sin embargo, beber demasiado, ya sea en una ocasión o con el tiempo, presenta algunos riesgos que debes conocer.

No existe un enfoque único para tener un estilo de vida equilibrado.

Se basa en la cantidad y la razón.

Una cosa es segura: llevar una dieta saludable y realizar actividad física tiene beneficios para la salud mucho mayores que simplemente beber menos. Es conveniente saber que incluso el consumo moderado de alcohol no está exento de riesgos. Por ejemplo, incluso los bebedores ligeros (aquellos que no toman más de una bebida al día) tienen un riesgo un poco mayor pero real de padecer algunos tipos de cáncer.

Además, beber y conducir nunca es una buena idea.

Cuídate y mantén tu cuerpo y mente sanos.

Un estilo de vida responsable es la mejor manera de lograr el éxito, la felicidad y mantener amistades auténticas con las personas que te importan. Para los adultos que eligen beber, es importante beber con moderación, evitar conducir en estado de ebriedad y no beber durante el embarazo. Animamos a quienes tengan preguntas específicas sobre su propio consumo de alcohol a que consulten con profesionales de la salud. Juntos, podrán determinar qué es lo mejor, según los factores de riesgo personales, incluidos los antecedentes familiares, la genética y el estilo de vida. Para algunas personas, la mejor opción puede ser no beber nada.